Tanto si hemos tenido o no hijos, estemos o no embarazadas, a dos pasos de la menopausia, hayamos tenido hijos por cesárea o practiquemos running con frecuencia, debemos tomar conciencia sobre nuestro suelo pélvico.
Nuestra musculatura perineal juega un papel clave en muchas de nuestras funciones vitales, aunque no seas consciente. Esta musculatura se llama suelo pélvico y en este post hablaremos de él.
El suelo pélvico es el conjunto de músculos, fascias, ligamentos y tejidos conectivos que cubren la parte inferior de la pelvis. Son los músculos entre el pubis y el coxis, alrededor de la vulva y el ano, situados en dos planos:
1) Superficial: la función más importante de este plano es la sexual, pero también ayuda a dar soporte a los órganos pélvicos.
2) Profundo o posterior: formado por los músculos que sostienen los órganos pélvicos. También controla los esfínteres y mejora la calidad de las relaciones sexuales.
El perineo es una parte crucial de nuestro cuerpo y, sin embargo, como he mencionado anteriormente, es una gran incógnita para la población en general.
Pocas mujeres (y ni siquiera te digo hombres) saben dónde se encuentra, cuáles son sus funciones, y qué pueden hacer para controlar o reforzar los músculos que lo forman.
Muchas veces no somos conscientes del valor que tienen nuestras partes del cuerpo hasta que dejan de funcionar. Si hasta ahora no has tenido síntomas que indiquen cualquier alteración del suelo pélvico, puede que no seas del todo consciente de la importancia que tiene en muchos aspectos de tu día a día. Estas son sus funciones:
Continencia: el suelo pélvico controla los esfínteres para una correcta micción y defecación.
Sexual: Los músculos perineales con buen tono muscular mejoran la calidad del sexo.
Reproductiva: El periné es el último obstáculo que debe atravesar la cabeza del bebé. Ayuda a su cabeza a girar y provoca una contracción refleja en el útero (reflejo de expulsión) que provoca a la mujer embarazada un deseo de empujar.
Soporte: El periné sostiene nuestros órganos pélvicos, es decir, la vejiga, el útero, la vagina y el recto.
¿Cómo se lesiona el suelo pélvico?
Diferentes etapas de la vida y muy especialmente en el caso de la mujer, como pueden ser el parto, el deporte de impacto y el estreñimiento entre otros hacen que haya que dar refuerzo a los músculos del suelo pélvico para compensar las fuerzas de la gravedad y el aumento de la presión intraabdominal que se pueden dar en todas estas situaciones.
Mucho más frecuentemente en las mujeres, la mala gestión de estos esfuerzos, pueden lesionar el periné y derivar en patología o disfunción.
Los factores de riesgo más frecuentes, que pueden lesionar el suelo pélvico son el embarazo y el parto, el sobrepeso, las intervenciones quirúrgicas abdominales y / o perineales, la obesidad, la tos crónica, el estreñimiento, las intervenciones quirúrgicas abdominales, los deportes de impacto, la menopausia, y la mala postura.
¿Cómo evitar lesiones en el suelo pélvico?
La función y la salud del suelo pélvico, tendrá un componente importante en cuanto a la prevención de las disfunciones y la calidad de vida de las mujeres.
Si has detectado que puedas estar sufriendo algunos síntomas y quieres llevar una vida activa mediante el ejercicio físico, sería conveniente que consultes un fisioterapeuta especializado para que te haga una valoración y te pueda pautar un tratamiento a medida.
La fisioterapia del suelo pélvico te puede ofrecer:
1) y valoración
2) Terapia manual
3) Electroterapia
4) Biofeedback
4) Pauta de ejercicios específicos perineales y de competencia abdominal
5) Cambios hábitos (miccionales, ingesta líquidos, gestión de los esfuerzos …)