FISIOTERAPIA UROGINECOLÓGICA

INCONTINENCIAS Y PROLAPSOS
Factores como el embarazo, el parto o la menopausia pueden hacer que surjan patologías como las incontinencias o los prolapsos de los órganos pélvicos.
Si tienes incontinencia urinaria, la fisioterapia puede ayudarte a sentirte segura en tus actividades diarias recuperando la fuerza y el tono de tu abdomen i periné, normalitzando el deseo miccional y aprenendiendo a gestionar los esfuerzos para proporcionarte la mejor calidad de vida posible.
Puede ser que tengas incontinencia fecal o de gases. En este caso lo más importante es que se realice un tratamiento para normalizar el tono del esfínter anal, regular el tránsito intestinal, mejorar el trofismo de la mucosa ano-rectal y reequilibrar la fuerza abdominal y perineal.
El prolapso es el descenso, en mayor o menor grado, de los diferentes órganos pélvicos (bufeta, úter y recto). Las causas más habituales son una mala calidad en el tejido que aguanta estas estructuras o una falta de tono abdominal y perineal. En dona b diseñaremos un plan de tratamiento para mejorar las propiedades del tejido, restablecer la fuerza abdominal y del suelo pélvic y mejorar la sensación de pesadez.

DISFUNCIONES SEXUALES
La fisiosexología es la rama de la fisioterapia que trata las disfunciones sexuales. Éstas pueden venir provocadas por diferentes factores que influyen en que no se disfrute plenamente de las relaciones. Para que haya una buena calidad en la vida sexual de una mujer hay que tener buen tono perineal, una buena lubricación y que no haya puntos de tensión en el suelo pélvico.
Te ayudaremos a disminuir los dolores durante las relaciones sexuales, normalizaremos las tensiones de tu pelvis y periné, mejoraremos el trofismo de tus genitales, normalizaremos el tono de tu suelo pélvico y aumentaremos la fuerza de la musculatura perineal.

DOLOR PÉLVICO CRÓNICO
El dolor pélvico crónico puede llegar a ser muy molesto. Normalmente se presenta por debajo del ombligo y entre las caderas, y se considera como tal cuando su duración pasa de los seis meses. La persona que lo padece puede experimentar un dolor intenso y constante, intermitente o bien con sensación de calambres o pesadez en la zona profunda de la pelvis. Además, también puede tener dolor en las relaciones sexuales, a la hora de defecar o miccionar o cuando se está sentada durante un periodo largo de tiempo.
Trabajaremos para normalizar las tensiones de la pelvis, aprenderemos técnicas de relajación específica o global, disminuiremos las sensaciones invalidantes de tu día a día, reequilibrar tu sistema nervioso y incorporaremos diferentes pautas para optimizar tu calidad de vida.